La electricidad lastra más la recuperación de Lugo que la pandemia

2021-12-27 10:14:45 By : Mr. Daniel Zhu

"Antes, el precio de la electricidad para una pequeña o mediana empresa era un concepto más en el balance de gastos, muchos autónomos y empresarios ni le prestaban mucha atención. Ahora es un auténtico problema para todos ellos y a muchos puede llevarlos al cierre". Quien sintetiza la situación es José Angel Penas, de la asesoría energética Norbel, aunque solo pone voz a la opinión generalizada de todos los expertos, la Confederación de Empresarios (CEL), autónomos, ganaderos y asociaciones de consumidores como Facua. Todos alertan de que los precios de la energía suponen en estos momentos un lastre mayor para la recuperación de la economía lucense que la propia situación de la pandemia.

Nadie quiere acordarse ya de la promesa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que la factura de la luz estaría a finales de este año en el mismo nivel que en 2018, y la bajada temporal de los impuestos que gravan la electricidad tampoco están ayudando a frenar un mercado mayorista en el que la Unión Europea se resiste a poner orden.

"Tengo un montón de clientes pequeños empresarios", comenta José Ángel Penas, que están al borde del cierre. Un restaurante normal en Lugo ha pasado a pagar de 2.000 o 2.500 euros a 4.500 al mes". Su trabajo es analizar las necesidades energéticas de cada cliente y crearle un plan de ahorro e, incluso, renegociar su contrato con alguna de las más de 300 comercializadoras que existen.

Pero eso tampoco es tan fácil, porque el gran oligolopio eléctrico las está llevando también contra las cuerdas: "Las comercializadoras también tienen que acudir al mercado mayorista y deben poner un aval, que es más alto cuanto más sube el precio, por lo que muchas no puede ir". Por eso, se pueden dar caso de poder rebajar la factura de 26.000 a 16.000 euros al mes, como Penas afirma que consiguió recientemente, u obtener resultados mucho más discretos.

Se está llegando al punto de que algunas pequeñas empresas están teniendo hasta dificultades para ser admitidas como clientes por las comercializadoras. Varias de las asociadas a las grandes eléctricas incluso bloquearon la entrada de nuevos clientes las últimas semanas, y otras piden directamente un aval al cliente antes de firmar.

La CEL está intentando también recoger y canalizar todo este descontento, ante el riesgo real que supone para la economía, ya que no solo afecta a las llamadas industrias electrointensivas, como Alcoa, sino a todo el tejido.

Uno de los miembros de la CEL que puede hablar en primera persona es Carlos Cebrián, de la empresa de distribución y suministros Megaro Foods, dependiente de los túneles de congelación y congeladores: "Hemos pasado de pagar unos 12.000 euros al mes hace un año a 28.000 euros, y eso porque conseguimos renegociar el contrato a cinco años cuando el kilovatio aún estaba a 200 euros, y no a 360 como ahora". Son más de 160.000 euros al año que hay que añadir a la factura eléctrica que ya se pagaba.

"Estamos en unos niveles insostenibles", considera Cebrián, que se muestra especialmente molesto por el hecho de que "en Galicia siempre hemos tenido producción de energía de sobra, es injustificable que ahora nos veamos con estos precios".

Él, como otros muchos empresarios, está implementando planes de eficiencia energética, pero tampoco es tan sencillo. En el caso de Megaro Foods, "intentamos instalar paneles solares, pero por problemas de espacio solo podríamos cubrir el 20% de nuestra demanda. Ahora estamos estudiando poner aerogeneradores, porque la necesidad de suelo no es tan alta".

Las situaciones son las mismas en el sector primario, en el comercio, en la hostelería o en la industria. Solo varía la dimensión. También es el mismo miedo a un problema al que, además, no se le ve solución a corto plazo.

Esta empresaria ha tenido que instalar gas y termoacumuladores tras duplicarse la factura

Susana López Palacios es la propietaria de Pásalo a Limpio, una lavandería y tintorería en la calle Doutor Gasalla. Las maquinarias que precisa para su trabajo son auténticas devoradoras de electricidad: secadora eléctrica industrial, máquina de lavado en seco, lavadoras, destilador, planchas... Sin embargo, asegura que "hasta ahora la electricidad no había supuesto ningún problema para mi negocio, era un coste de los más importantes dentro de mi empresa, junto con el personal, pero lo asumía sin más. Pero si ahora fijo mis precios en relación al precio de la luz, a mis clientes los echo fuera, no podemos ser competitivos".

Esta empresaria lo está intentado todo, desde tratar de exprimir al máximo los seis tramos de su factura a buscar asesoría para renegociar su contrato, pero se encuentra con que "los precios son los que son. A mí me hace mucha gracia cuando nos fijan unos tramos, porque tengo un negocio que tiene que estar abierto al público, no puedo trabajar con horario nocturno. Para nosotros es un problemón enorme, y más con la que está cayendo. Con la pandemia más o menos nos hemos adaptado, tienes menos vestidos de fiestas y otras prendas pero te adaptas. Pero si sigue así dentro de un tiempo no voy a poder abrir".

Para tratar de subsistir, Pásalo a Limpio ha apostado por instalar gas y colocar un termoacumulardor de 600 litros que mantiene el agua a 60 grados, de forma que cuando se pone la lavadora entra el agua ya caliente y las resistencias no conectan. "He conseguido reducir la mitad del consumo eléctrico, pero no se puede más", explica Susana López, que insiste: "Estoy pagando más del doble solo en este año. ¿Cómo repercute eso a los clientes? Yo he subido un poco los precios, pero no puedo cobrar siete euros una camisa porque no viene nadie. Eso es lo que va a pasar".

Mantiene el sistema de trabajo y Patrimonio le rechazó la colocación de paneles solares

Rafael Cabaleiro regenta la panadería Neli de Lourenzá, donde el gasto por luz se disparó desde comienzos del verano hasta ahora. "O que gastamos máis ou menos é case o dobre dende o verán a hoxe, xa cambiei dúas veces as tarifas, pero isto é unha burrada. Subiron tódolos produtos: mantecas, fariñas, e do gasóleo xa é mellor non falar. A escalada repercute en todo, pero mentras se poida e cubramos gastos hai que atender".

El dueño del establecimiento asegura que su consumo es similar, "porque fago o mesmo que antes, non cambiei o sistema de traballo nin nada, en agosto temos moito traballo e de noite xa traballamos". Añade que tienen horno de leña y pellets, pero el gasto sube por la maquinaria, como neveras o calentador. Solicitó una subvención para colocar paneles solares que le concedió Industria, pero Patrimonio no autoriza su instalación por estar en zona Pepri. "É unha contradicción, promoven o aforro enerxético e non permiten poñelos con vistas ao convento, poñen moitas pegas cando non distorsionan a vista".

La última tarifa que contrató Cabaleiro a través de una gestoría es de precio fijo. "Con este novo sistema temos tres tramos, penso que o fan adrede para que a xente non se entere, non sei quen leva o beneficio, pero isto non é normal", reflexiona.

Su negocio empezó a notar el incremento continuo desde el verano. "Xa subira nos últimos anos, dobrara o prezo anterior, porque antes gastabamos 300 euros e despois 500, pero agora xa imos por riba dos 800 euros, pero tampouco é fácil sabelo porque envían facturas de meses incompletos, será para que non abulten tanto, non é doado de entender", comenta. En enero del próximo año prevé hacer una comparativa anual del ejercicio actual de 2021 con el gasto de otra empresa similar a la suya "porque non hai outra maneira de sabelo", indica.

La granja de Pacios, que acaba de instalar placas solares, ve reducidos "ao mínimo" os beneficios

Si hay dos elementos básicos en una ganadería de leche, estos son el ordeño y la refrigeración del producto, y para ambos el suministro eléctrico es tan fundamental como inevitable, por lo que cualquier subida en la tarifa se manifiesta en su cuenta de beneficios, tal y como precisa Manuel Sandamil, uno de los cuatro socios de la SAT A Vereda de Pacios (Castro de Rei), que suma 435 cabezas, 230 de ellas en ordeño.

"Loxicamente repercute igual que a subida doutros produtos, coma o concentrado, e iso tradúcese nun incremento dos custos de produción", dice, concretando que, en general, "subiu todo menos o leite, e a factura da luz prácticamente duplicóusenos", cuando su consumo apenas ha variado, porque la explotación, ahora en proceso de ampliación para tener 100 vacas más en ordeño, ya estaba al máximo de su capacidad.

"O beneficio vese reducido ao mínimo e como calquera empresa temos que ter un soldo para vivir dignamente", explica, con el hándicap añadido de que en su caso, aunque puedan negociar con la industria, ni siquiera depende de ellos el precio de su producto. "Terían que basearse no establecido na cadea de valor", recuerda, pero estas premisas no se cumplen.

Ante las constantes advertencias de la subida de la energía, en la granja, que cuenta con los servicios de una asesoría energética, buscaron alternativas y hace apenas tres meses instalaron placas solares. "Neste tempo é cando menos se aproveitan, pero esperamos que sexan unha axuda" , dice Sandamil, cuyo propósito es consumir la energía que generen (55 Kws/hora) y, en los momentos puntuales del día en que no la necesiten, verterla a la red. "Estes meses non poidemos facelo, pero cremos que fóra das horas de ordeño teremos un consumo mínimo, polo que poderiamos obter un beneficio complementario", apunta.